viernes, 9 de julio de 2010

Carta a mi Mujer.


Te quiero igual aunque te hayas ido. Te quiero como quiero porque no conozco otra forma, a veces pienso que debes regresar y estar aquí conmigo, porque te admiro tanto, tanto. Admiro tanto tu elegancia al andar, lo bien que siempre a los demás te expresas, he intento no renunciar en lo posible a ti, y quiero tenerme y no puedo, pues ya te fuiste, y vivo y quiero vivir pensando en ti, fuera de los argumentos impíos que te cuestionan.

Si tuviera en este momento el valor que tienes tú, podría con todo esto, y sacaría el carácter, ese carácter que tienes tú, ese coraje, ese ejemplo de agallas. Porque eres la mujer más completa que conozco, que está apegada a sus convicciones y que ama lo que hace, y así, te fuiste agotada de todo y lista para lo demás, lejos de mi y todo lo que nos rodea, pero aún así te quiero igual.

Te quiero igual pues no conozco otra forma. Te quiero y todo éste querer no basta para todas las cosas que necesita alguien como tú, si pudiera imaginar todo lo que significas, me quedaría más vacio de lo que estoy ahora.

Eres la dueña de todas las cosas mías, y te siento cada día, cada vez que encuentro algo que te gusta o algo que eres sin maldad. Te encuentro en mis sueños y encuentro al tiempo, que te quiero igual que siempre, con toda mi fuerza y con las cosas maravillosas que emana tu sonrisa.


Todo este tiempo es algo que tengo que agradecerte, me enfrentaste conmigo mismo y me llevaste al lugar maravilloso donde siento que me besas y me acaricias y haces que me emocione todo, te quiero tanto tanto… que parece inútil decirte que te quiero igual.

Me llena tanto saber que estuviste aquí, que siento que estoy completo aunque me esté quedando cada vez más solo. Recuerdo esa vez cuando me dijiste que te quedarías conmigo para siempre, pues podías oler mi soledad, y sentí que te quería desde antes que te quedaras. Y sentí tu piel y me sentí cada vez más fuerte y mejor, y fuiste como una medicina que llegó a mi corazón y lo fue fortaleciendo y sentí fuerza de la nada, y lo que mas me gusto fue que quien me dio la fuerza eres tú.

Tú, la misma que hoy se fue. Y te fuiste, y te quiero igual, te admiro igual, te siento igual, pues vives en mi.